Milena Natasha Senna Torres tenía apenas dos años, las pestañas muy largas, y una sonrisa tan bonita que no dejaba adivinar el infierno que padecía en el lugar destinado a ser el paraíso de cualquier bebé: su propia casa.
El 18 de enero, su madre, Milagro Esther Torres (22) se presentó en un hospital de Mariano Acosta, en el partido de Merlo, para denunciar que su hija había convulsionado y muerto luego de caer, por accidente, del sommier cama, mientras jugaba con su hermanastro. Dijo que ella y su pareja se habían ido a trabajar y que a su regreso la encontraron con los labios morados. La nena fue llevada al hospital un día después del supuesto accidente.
Como ocurre con cualquier deceso en un domicilio, la fiscal Alejandra Suárez Corripio ordenó la autopsia, pero, antes de hacerla, los forenses observaron que el cuerpo presentaba golpes notorios, por lo cual fue derivado de nuevo al hospital para que le hicieron radiografías. Luego, la necropsia terminó por despejar cualquier duda, revelando el horror: la nena tenía un total de 15 lesiones en todo el cuerpo, particularmente un traumatismo de cráneo, heridas en el abdomen, el hígado perforado con una hemorragia (al parecer por golpes) y una fractura de tibia de hace por lo menos un mes.
El juez de la causa ordenó entonces la detención de la madre y de su pareja, identificado oficialmente como Darío Eduardo Chamorro (26), por el delito de homicidio calificado, en el caso de la mujer, agravado por el vínculo. A ella la detuvieron mientras hacía los trámites del entierro.
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Para entonces, ya había subido varios posteos "sentidos" a sus redes sociales, donde poco antes había festejado la restitución de la tenencia.
Es que Milagro Esther Torres tuvo una disputa judicial con el padre biológico de Milena y ambos se habían denunciado. La tenencia de la pequeña se la restituyeron a la madre hace 90 días. Torres tenía dos hijos más, con otros dos hombres. Estos niños, según fuentes del caso, tenían "también señales de maltrato y a uno tuvieron que tomarle los signos vitales porque parecía sin vida".
Los vecinos de la casa de los padres asesinos escucharon frases y se las aportaron a los investigadores del caso. Uno, dijo que había escuchado al padrastro de la nena decirle a su pareja: "Pelotuda, ¿cómo no la llevaste al hospital?" y que la madre-asesina le contestó: "¿Y quién me iba a ayudar?".
LA LEY LUCIO
El caso de Milena trajo a la memoria el de Lucio Dupuy, el nene de 5 años que murió el 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa, La Pampa, tras recibir castigos físicos y vejaciones por parte de su madre, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja, Abigail Páez.
El niño había sido asistido al menos cinco veces en un lapso de tres meses por politraumatismos en distintos centros asistenciales de La Pampa. No obstante, no había denuncias de ningún profesional sobre los golpes que presentaba, como así tampoco de las autoridades del jardín de infantes al que asistía.
Esto fue uno de los principales argumentos por los que se impulsó la Ley Lucio, para que los profesionales de la salud, docentes y funcionarios puedan advertir y detectar situaciones de violencia intrafamiliar. La normativa fue aprobada meses atrás por el Congreso de la Nación y busca prevenir la violencia contra niños y adolescentes, con capacitaciones obligatorias para médicos, docentes y funcionarios del Estado que tengan contacto con la niñez. Es similar a la “ley Micaela”.
De acuerdo a datos de la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), la línea 102 recibió en un año más de 45.500 llamadas de todo el país, de las cuales unas 20.300 corresponden a situaciones de violencia contra niñas y niños.
El juicio por el crimen de Lucio Dupuy comenzó el pasado lunes 7 de noviembre. Luego de haber atravesado las audiencias de testigos y los alegatos finales, el próximo 2 de febrero se conocerá el veredicto del Tribunal de Audiencias de Santa Rosa, integrado por los jueces Aníbal Olié, Alejandra Ongaro y Daniel Sáez Zamora.
