La inseguridad en la zona oeste de La Plata golpea fuerte y sin pausa a los productores agrícolas y frutihortícolas de esa región, con golpes ejecutados al estilo comando o por saqueos de bandas que hacen de las suyas aprovechando la desolación de la noche. Y quienes se encuentran vinculados directa o indirectamente a la producción de frutas, verduras y hortalizas, terminan sufriendo pérdidas millonarias, al punto de poner en serio riesgo su estabilidad financiera.
Ejemplo de ello es lo que pasó en una empresa de agrícola de Poblet. En la madrugada del miércoles, un robo de gran envergadura sacudió un comercio ubicado en ruta 36, a la altura de la intersección con la calle 624.
El epicentro de este ataque organizado fue la empresa “Agroinsumos La Plata”,. de donde delincuentes se llevaron más de 80 millones de pesos en semillas de diversas variedades.
Tomate, pepino, pimiento, tomate cherry, semilla de tomate perita, brócoli, repollo y espinaca, fueron algunos de los productos sustraídos, que forman parte del amplio stock de la firma. El modus operandi de los delincuentes dejó en claro que se trató de un robo cuidadosamente planeado.
Por lo que se pudo reconstruir, ingresaron al predio tras saltar un alambrado de la propiedad, lo que les permitió acceder al galpón sin ser detectados por las cámaras de seguridad. Una vez en el interior, desmontaron las chapas de zinc del techo, lo que les dio acceso a las instalaciones sin activar la alarma, al menos de arranque.
A pesar de que la empresa tiene un sistema de seguridad con sirena, todo parece indicar que los intrusos estaban al tanto y cortaron el suministro eléctrico del lugar. Esto habría dejado inoperativa la red de prevención, permitiendo que actuaran con total tranquilidad hasta que la batería de los dispositivos se agotó, según la hipótesis que manejan los investigadores.
Las cámaras, que podrían haber grabado imágenes clave del robo, fueron destruidas por los ladrones, quienes también se llevaron la memoria de las grabaciones, dificultando aún más la posibilidad de obtener pruebas visuales del ilícito.
Lo cierto es que con el sistema de seguridad desactivado y, sin cámaras que pudieran capturar su accionar, los ladrones lograron llevarse una cantidad considerable de mercancía sin dejar rastros claros.
En el galpón, los empleados encontraron un escenario de caos, con bolsas de semillas esparcidas por el suelo y las cajas rotas, mientras que todo lo valioso había desaparecido.