Mateo Adrián Yagame, de 18 años, se convirtió en la primera persona asesinada en La Plata en lo que va de 2025, por un puntazo certero que recibió el sábado por la tarde en la siempre hostil Megatoma de Los Hornos, sobre las calles 76 y 153. La cuchillada que le dieron en la pierna izquierda le seccionó la arteria femoral, dejándolo sin chances de sobrevida. El otro dato curioso es que quien empuñaba el cuchillo -o la faca-, dicen, era un menor de 14 años al que poco después pudo agarrar la Policía. No duró mucho en esa situación: como es inimputable para la ley, el Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil optó por entregarlo a sus familiares cuando la víctima aún seguía peleando por su vida. El cambio de carátula tras el trágico desenlace tampoco cambió la situación: la fiscal Ana Rubio pidió una medida de seguridad para el menor, pero el juzgado a cargo de María José Lescano no lo avaló, confirmaron fuentes judiciales.
La encerrona en estos casos es marcada. Los menores de 16 años no pueden ser sometidos a proceso judicial, porque lo establece la ley, aunque les caben las medidas de seguridad, siempre y cuando se demuestre que son peligrosos para sí o para terceros. El problema es que los institutos, en sus distintas variedades y niveles de seguridad, lejos están de ser los ámbitos recomendables para intentar ayudarlos. Pasa todo lo contrario. Son como módulos carcelarios en miniatura. De ahí adentro, es raro que salgan mejor de cuando entraron. En ese contexto complejo, la Policía se queja, porque se la pasa corriendo a los jóvenes en conflicto con la ley y después ve como, por la otra puerta, salen por decisión judicial. Y los operadores de la Justicia se quejan porque, según ellos, aplican lo que establece el ordenamiento positivo vigente.
En el medio, claro está, se encuentran los Yagame -y tantos otros-, a pesar de que, según calificadas fuentes del caso, la hipótesis de la tentativa de robo ya no sería la única bajo examen. "Se receptaron varios testimonios que refieren a una pelea entre varios sujetos, entre ellos víctima y victimario”, detallaron.
“Estamos evaluando otros medios de prueba y será la Justicia la que defina el delito. Independientemente de que el sospechoso tenga 14 años. Tal vez no estuvo solo”, conjeturaron. Respecto del fallecimiento de Yagame, al margen de que la autopsia certificará las causales concretas, se habla de una muerte provocada por un shock hipovolémico, que es una afección severa a partir de la pérdida grave de sangre. La familia de la víctima, demás está decirlo, se encuentra destruida y en el barrio donde viven los protagonistas se respira una tensa calma.
Por eso el temor de que, en algún momento, se encienda la sed de venganza. Las autoridades siguen el tema con mucha atención.