Motochorros, polichorros, patachorros, escruchantes; hay un nombre para designar a los responsables de distintas modalidades delictivas. Y modalidades, sobran. Algunas implican más violencia que otras, pero, al final, todas terminan perjudicando a las víctimas.
A toda esta “fauna”, que hasta el momento se mantiene indomable, parece haberse sumado un nuevo motivo de preocupación. Se trata de bandas que tendrían su base operativa en la ciudad de Buenos Aires, con mano de obra foránea y que estarían eligiendo La Plata como un lugar en donde llevar adelante sus fechorías.
Sobre todo por las facilidades que encontrarían a la hora de entrar y salir del distrito, tras concretar un golpe.
Si bien desde hace años las estadísticas oficiales vienen registrando desde hace tiempo los embates de ladrones provenientes de localidades del Conurbano, en base a los primeros indicios, hay una diferencia sustancial con las bandas antes mencionadas en lo que respecta al origen y la edad de los implicados, la cantidad de involucrados y la logística y planificación en los golpes de esta nueva ola.
A los primeros los caracteriza la improvisación, mientras que en el caso de las bandas de extranjeros se observan maniobras más elaboradas que podrían abarcar incluso tareas de vigilancia.
A partir del caso de los cuatro ciudadanos chilenos detenidos por dos robos cometidos en City Bell contra jubilados en las vísperas de Navidad y de los tres asaltos consumados en las últimos meses, en la misma zona, por cuatro sujetos de origen colombiano, ya se analiza la posibilidad de la irrupción de una nueva modalidad delictiva en la Ciudad.
Según indicaron fuentes policiales, en las últimas horas cayeron cuatro ciudadanos colombianos que circulaban en un vehículo de marca Renault modelo Clio de color gris, que las víctimas reconocieron y cuyas características fueron aportadas en las denuncias.
Se informó que las cuatro personas, entre ellas una joven de 21 años, fueron capturadas luego de una breve persecución que culminó en la avenida General Paz, a la altura de Balbín, en territorio porteño.
A esta banda se le adjudica el atraco cometido el pasado 15 de octubre en una casa ubicada en 14, entre 503 y 504; el asalto ejecutado el 28 de octubre en una vivienda de 509, entre 12 y 13 y el robo perpetrado el pasado 23 de diciembre en calle 24, entre 496 y 497.
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Los sospechosos fueron trasladados a la comisaría en donde se los formalizó por los delitos de encubrimiento y robos reiterados, doblemente agravados por la infracción y por haberse cometido en poblado y en banda.
En el vehículo se hallaron cuatro teléfonos celulares, dinero, documentación, bijouterie, prendas de vestir, gorras y herramientas de mano.
Recordemos que en la tarde del 24 de diciembre, dos jubilados fueron sorprendidos por cuatro sujetos armados que los sometieron a una brutal golpiza para apoderarse de sus pertenencias. Además, según contó la víctima, comieron y bebieron hasta el hartazgo de toda la mesa que tenían preparada para recibir la Navidad.
“Estamos consternados por lo que pasó. Tuvimos suerte en recuperar algunas cosas”,
expuso el hombre.
Los implicados fueron detenidos horas después en un sector de la Región circulando en el
vehículo de los damnificados, con gran parte del botín aún en su poder.
Se pudo establecer que los cuatro involucrados son de nacionalidad chilena, que dos de ellos son menores de edad y que tienen su domicilio fijado en la Villa 31, en Retiro.
Los robos ocurrieron en 13 a entre 474 y 476 y en 14 c entre 462 y 464, ambos de City Bell. Los malvivientes, que sorprendieron a las víctimas cuando se encontraban en pleno preparativo de la cena de Nochebuena, no escatimaron en violencia y los castigaron brutalmente para apoderarse de su auto, un Ford Fiesta, dinero, dispositivos electrónicos, botellas de whisky, joyas y hasta una colección de australes.
