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Vivir rodeados de balazos, el drama de los vecinos de Tolosa

En la localidad de Tolosa conviven con los delincuentes, las persecuciones y los tiroteos. Por eso el miedo reverencial ante la inseguridad. Creen que, en cualquier momento, puede suceder una desgracia.

No habían pasado ni 48 horas que esta zona de La Plata, una de las más tradicionales de la Ciudad, volvió a convertirse en epicentro de un cinematográfico episodio delictivo.

La situación vino a corroborar así la grave situación que desde hace varios meses vienen denunciando los vecinos, que hablan de un recrudecimiento de los robos tanto callejeros como en casas de familia.

En este caso, el operativo abarcó desde Barrio Norte hasta El Mercadito, cuando un patrullero siguió a dos motochorros acusados de dar cuatro golpes en menos de una hora: una entradera en la finca de una mujer, un intento de asalto y enfrentamiento a tiros en la vivienda de un policía, el robo y golpiza a otra mujer y un atraco callejero contra un joven.

Durante la fuga, los ladrones gatillaron en varias oportunidades contra el coche policial, convirtiendo las calles en verdaderos polígonos de tiro.

La ferocidad de lo ocurrido pudo verse reflejada en la cantidad de detonaciones que se efectuaron. En base a los rastros hallados por los investigadores, se calcula que hubo al menos 5 balazos.

Si bien aún resta conocer el resultado de las pericias al vehículo de la fuerza, en principio solo tres proyectiles impactaron en la carrocería. Uno dio en el capot, mientras que los restantes atravesaron el parabrisas.

Las mismas fuentes no dudaron en utilizar rótulos como “milagro” y “fortuna” al referirse a este episodio que, por escasos centímetros, no terminó en una tragedia.

Siempre en base a la versión oficial, se sospecha que la primera parada del raid ocurrió en 4 bis entre 529 y 530. Allí se cree que ambos sujetos sorprendieron a una mujer cuando estaba ingresando a su domicilio. Luego de someterla, le exigieron que entregara sus ahorros. Así se apoderaron de un total de 120 mil pesos y una computadora portátil, propiedad de su hija.

La segunda parada ocurrió en 526 entre 4 y 5. Luego de derribar a patadas la puerta de una casa intentaron ingresar, pero fueron recibidos por el propietario de la finca, un policía que en ese momento se encontraba franco de servicio. Ahí, tras un feroz cruce de disparos, huyeron de la escena.

La voracidad de estos sujetos continuó en 524 entre 5 y 6. Luego de colarse en una vivienda golpearon a la dueña hasta que ésta accedió a darles todos sus ahorros: 800 dólares.

Finalmente, en 121 y 37 le robaron el teléfono a un joven.

De acuerdo a las fuentes, poco después se inició una persecución en Barrio Norte. Se informó que los uniformados recorrían la zona y advirtieron que en las calles 4 y 34 una serie de movimientos extraños y sospechosos por parte de los ocupantes de una motocicleta tipo 110 de color gris.

Ante la posibilidad de que se estuvieran preparando para ejecutar un robo y, a raíz de que sus características físicas y de vestuario coincidían con las de los dos implicados en el raid delictivo, que había sido comunicado por frecuencia radial, los policías exigieron a los sospechosos que detuvieran su marcha.

Sin embargo, lejos de acatar la voz de alto, realizaron una serie de maniobras evasivas y aceleraron con dirección a calle 1 para luego avanzar a toda velocidad hasta 532.

Se informó que en un sector de dicha avenida, los motociclistas estuvieron a punto de colisionar con un rodado, aunque alcanzaron a esquivarlo. Fue en ese momento que uno de ellos extrajo de entre sus prendas un “arma larga” y disparó en al menos tres ocasiones contra la patrulla, pero pocas fueron las cuadras que pudieron avanzar.

En 4 y 532, el derrotero criminal llegó a su fin. Es que, cuando llegaron a dicha intersección, el sujeto que iba al volante de la moto perdió el control, muy probablemente por una falla que se pudo haber originado en el desesperado intento por esquivar el rodado.

De ese modo, ambos sujetos terminaron impactando contra la calzada. Inmediatamente arribó al lugar el patrullero que los venía siguiendo y uno de los sujetos, por caso el más dolorido, quedó bajo el control de los agentes. El restante intentó continuar con su plan de fuga. Aunque gracias al rápido apoyo que prestó otro móvil, terminó reducido a 100 metros del lugar.

También se recuperó un arma de fuego que el sujeto arrojó a unos arbustos en un intento de descarte.

Debido a que sufrieron heridas de consideración, puesto que iban a toda velocidad, recibieron asistencia médica de una ambulancia del SAME y luego fueron trasladados a la comisaría.

Se pudo establecer que uno de los sujetos tiene 29 años de edad y su secuaz, 15. Además que la moto en la que circulaban no estaba a nombre de ninguno de los dos.

En tanto, en el registro de las prendas que hicieron lograron recuperar el teléfono robado a un joven y descubrieron una segunda arma de fuego.

“Se hallaron 2 armas de fuego tipo revólver calibre 22 largo marca Pehuén con 6 cartuchos en su interior (1 intacto y 5 percutados)”, expuso la fuente.

De este modo, el sujeto mayor de edad quedó a disposición de la Policía y de la Justicia en un caso caratulado como “robo agravado por el empleo de arma de fuego, encubrimiento, resistencia y abuso de arma”.

El otro involucrado, en tanto, por su condición de menor, fue entregado a sus tutores a las pocas horas.

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