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Dieron vuelta las cámaras de la cuadra y desvalijaron la casa de un abogado platense

No hay pistas de la identidad de los ladrones que desvalijaron la casa de un abogado en La Plata, pero sí una certeza: eran verdaderos profesionales del delito, a punto tal que vigilaron los movimientos de la familia en los días y las horas previas a dar el golpe y se cuidaron de dar vuelta todas las cámaras de la cuadra, para que en ese momento apuntaran al cielo y no hacia ellos.

Pasó en la tarde del último domingo en 42 entre 23 y 24, de donde los intrusos se llevaron más de 4 mil dólares, indumentaria y varios aparatos electrónicos, entre los que figuran una computadora y una consola de PlayStation, luego de reventar un portón de hierro y convertir en astillas una puerta de madera. Todo, sin que nadie se percatara y a tan sólo 200 metros de la comisaría Cuarta.

Los damnificados están convencidos de que no fue un robo al voleo.  Los vecinos escucharon ladrar al perro de la familia, pero no lo interpretaron como algo raro, ya que suele hacerlo  cuando ve un gato.

"Por lo que estuvimos averiguando, me animaría a decir que tenían todo calculado”, reveló Matías, el dueño de la casa asaltada. Y sospecha que los vigilaron desde un vehículo, como en una película: "Una vecina me mencionó que había visto un auto con dos tipos raros parados en la cuadra”, señaló.

Según proyecta, a eso de las 14.00 del domingo confirmaron que todos los integrantes habían salido de la propiedad  y ellos entraron para ejecutar el plan con la total convicción de que no se toparían con nadie. Casi no dejaron cabos sueltos. Es que, salvo la vecina que mencionó lo del auto y los “tipos raros”, en el barrio nadie detectó situaciones sospechosas y los peritos de Científica no encontraron rastros. 

Sin embargo, el dato más significativo es que las cámaras de seguridad instaladas en la cuadra fueron desviadas. “Cuando fuimos a pedirle el material a los vecinos nos encontramos con que la mira de los aparatos había sido movida intencionalmente. Durante casi cuatro horas estuvieron grabando el cielo. No caben dudas de que estuvieron reconociendo el terreno”, conjeturó Matías.

Cuando las víctimas volvieron a la casa, se toparon con un verdadero desastre: cables sueltos,  ropa tirada y los ambientes, literalmente, dados vuelta. Ellas y sus vecinos tienen, ahora, otra certeza, más allá de no tener evidencias: "La zona está liberada".

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