Un comerciante, su esposa y la madre de la mujer, que tiene casi 90, soportaron casi dos horas de terror extremo en su casa de la localidad de Abasto, en La Plata, rehenes de varios delincuentes que los llenaron de amenazas y descargaron sobre ellos una violencia ensañada.
Ocurrió minutos antes de las 19 del lunes pasado en una vivienda situada en 516 bis entre 208 y 209, donde irrumpieron entre 5 y 6 hombres armados, con capuchas guantes, que habrían llegado en una camioneta Renault Kangoo. Tres de ellos ingresaron por el fondo del domicilio y los demás aguardaron dentro del vehículo.
La primera que se topó con los intrusos fue Karina Balcarce (54), cuando salió de la ferretería que tiene junto a su esposo, al lado de la finca, y fue a la propiedad para ir al baño. Media hora después, preocupado por la tardanza de Karina, su marido José Raúl Vallejos (59) decidió ir a ver si todo estaba bien
"Apenas entré, estos pibes me vieron y quise escapar por la escalera”, recordó, describiendo a los asaltantes como jóvenes "de entre 25 y 30 años", bien vestidos. "No tenían aspecto de ladrones", aclaró. Al advertir la maniobra, uno de los ladrones le apuntó con el arma y disparó: "Creo que fue para asustarme, porque si me hubiese querido pegar, lo hubiera logrado”, conjeturó.
Ya reducido, notó que a su esposa la habían atado de pies y manos y amordazado con cintas metalizadas. A él lo llevaron a otro ambiente para sujetarlo con cables que arrancaron de la aspiradora, pero lo que desnuda cabalmente el salvajismo de estos hombres es lo que hicieron con Blanca Fornes, de 88 años: “A mi suegra (que camina apoyada con un bastón) la levantaron y prácticamente la arrastraron por la escalera desde la planta baja hasta el piso de arriba, sin importarle los golpes y el dolor que le provocaban”, expresó indignado el dueño de casa. los tres nos tuvieron en la planta alta, aunque en diferentes sectores”.
“PENSÉ QUE NOS IBAN A MATAR”
Reconoció el comerciante que “las amenazas que sufrimos con mi mujer eran tremendas. Nos decían, por ejemplo, que nos iban a pegar un tiro o que iban a cortarnos dedos”.
Creyéndolos capaces de hacerlo, Vallejos admitió angustiado: “Pensé que nos iban a matar”. Es que a su mujer le pegaron en la cara y en la cabeza.
La banda escapó con 1.200.000 pesos que la pareja tenía guardados para pagarles a distintos proveedores, entre 20.000 y 30.000 pesos de la recaudación y 200 dólares. La pareja no recordaba tener esos billetes, pero a los delincuentes los convenció de que en la casa debía haber más.
Robaron, además, una camioneta Renault Koleos 2010, alhajas, un televisor, una notebook, una tablet, dos celulares, ropa, zapatillas y hasta botellas de champán, whisky y vino, algunas de las cuales sacaron de la heladera. De la ferretería también sustrajeron mercadería, como amoladoras, taladros, baterías y muchas herramientas de mano.
Esta familia ya había sufrido un asalto en la casa hace aproximadamente 25 años, pero, ni de cerca, con este nivel de violencia. Sí reconocen las víctimas que en el barrio hubo otros hechos graves de inseguridad recientemente.
“A un vecino que vive cerca de acá también lo asaltaron en su casa. En cambio, a otro hombre intentaron también meterse a su vivienda a robar, pero al parecer le habrían avisado y activó la alarma, poniendo en fuga a los delincuentes”. Son muchos los que suponen que se trata de los mismos delincuentes, por el material que registraron algunas cámaras de seguridad.
El malestar vecinal es muy grande, a punto tal que un nutrido grupo de frentistas se reunió en las últimas horas con jefes policiales y representantes del ministerio de Seguridad bonaerense, en el Centro de Fomento El Centinela, ubicado en 171 entre 46 y 47.
