Un escándalo más y van... La Policía de la Provincia de Buenos Aires quedó otra vez en el ojo de la tormenta. Como informó HyD desde sus redes sociales, en la jornada del martes pasado la ciudad de La Plata fue objeto de una redada judicial, con no menos de 20 objetivos allanados. Los operativos se hicieron en el marco de una investigación iniciada en una fiscalía de Berazategui sobre presuntas irregularidades con los cursos de reentrenamiento de la fuerza, que son obligatarios, la supuesta venta de certificados y el desvío de municiones. Todo por sumas millonarias.
Curiosamente, la Superintendencia de Delitos Complejos de la Policía bonaerense quedó a cargo de esos procedimientos. Es decir, se usó como brazo auxiliar de la Justicia a la propia institución, cuyos dependientes serían responsables de graves inconductas. ¿Pusieron a un zorro en el gallinero? Al menos, la situación fue poco desprolija, al margen de que en cada registro actuó un veedor.
De acuerdo a la información que se dejó trascender, al menos cinco personas resultaron detenidas y quedaron a disposición del fiscal Daniel Ichazo, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 1 Descentralizada de Berazategui, en la causa PP-13-01008159-24/00.
En la denuncia que originó la pesquisa, se indicó que “un mecanismo de recaudación ilegal, es cobrar para que policías que tienen que cumplir jornadas de capacitación como módulo y tiro, no lo hagan, pero figuren como presentes”.
“En el caso de módulo, actividad que se realiza de lunes a viernes, se pasan por día a 20 efectivos policiales ausentes como presentes, a un monto de doce (12) mil pesos argentinos, por persona, por día. Siendo este un monto de (240.000) doscientos cuarenta mil pesos argentinos al día”, consignó la presentación que llegó a manos de Ichazo.
“Con respecto a las jornadas de tiro, son 5 burbujas o turnos por día, pasando como presentes (cuando no lo están) a cinco policías por burbuja o turno, dando un total de 25 numerarios al día. El valor que se les cobra a estos para no ir, es de (8) ocho mil pesos argentinos por persona, al mes. Dando un subtotal de 200.000 mil pesos argentinos al día”, agregó.
Y sigue: “Como si esto fuera poco, también se recauda con las municiones de la siguiente forma. Cada efectivo policial debe disparar 20 municiones, si tenemos en cuenta que por día son 25 los efectivos que son pasados como presentes y, no lo están, esto nos da un total de quinientas municiones por día (10 cajas de 50 unidades cada caja), a un valor promedio de treinta y cinco mil pesos por caja, dando un total de trescientos cincuenta mil pesos argentinos”.
Al parecer, las municiones en negro, que se acopiarían de manera irregular, serían desviadas para su posterior venta. Con esta sola maniobra, se indicó, se juntaría “un total al mes de cuatro millones de pesos”.
Fuentes con acceso al expediente le indicaron a este diario que todo arranca cuando los efectivos, que deben hacer obligatoriamente los cursos, deciden no hacerlos, pero figurar como que los hicieron.
¿Por qué se da esta situación? Los voceros indicaron que en muchos casos es para ahorrar tiempo y evitar los viajes.
En La Plata, por ejemplo, se hace tiro en la zona de Sicardi, aunque hay más centros y se replican en toda la Provincia. En la denuncia, se dejó expresado también que existiría recaudación ilegal con contratos docentes y viáticos, de los cuales se retendría un porcentaje “para la caja”.
LA ORDEN DE REGISTRO
Según consta en la pieza documental con la cual los agentes llegaron a muchos de los allanamientos desarrollados en La Plata, para el caso en que no estaba pedida la detención, se consignó que el objetivo era “secuestrar municiones calibre 9 mm marca FM y municiones recargadas; registros sobre ingresos y egresos; boletas y remitos de municiones; permisos y habilitaciones para el rubro, tanto en soporte papel como informático y celulares personales de los indicados, pudiendo hacer uso al efecto de la fuerza pública en cuanto fuere necesario imprescindible para su cumplimiento”.
En uno de ellos, pudo conocer HyD, llegaron a la puerta de la casa de un instructor, con trayectoria dentro de la fuerza y un arsenal “totalmente registrado y con documentación respaldatoria”, indicó un allegado.
El operativo se hizo en una vivienda del barrio El Mondongo y el instructor sufrió una descompensación cardíaca, producto de la tensión por el momento, que hasta ayer lo mantenía internado en el hospital San Martín.
“Muchos de los allanados son tiradores deportivos, expertos en la materia y recargadores habilitados, cuyas armas están debidamente acreditadas en cuanto a la tenencia, pero igual se las sacaron. Lo mismo con las municiones. Incluso varios de los requeridos han participado en campeonatos argentinos. Sin dudas, se trata de chivos expiatorios, porque saben que deben buscar por otro lado. No meter a gente inocente dentro de la misma bolsa”, manifestó un informante.
