El acusado de efectuar dos disparos en medio de un operativo policial en el barrio La Favela de Tolosa, que le costó la vida a un joven de 19 años el 9 de mayo pasado, prestó declaración ante la fiscal Cecilia Corfield y admitió haber hecho ambas detonaciones.
Se trata de Fernando Ezequiel Carrera Simonetti (31) el subteniente de la DDI local preso por el crimen de Nahuel Alejandro Silva en la calle 528 entre 18 y 19. El primero de los disparos fue en sentido al alambrado del predio del Círculo Policial y, el segundo, de manera involuntaria, dijo, a pocos centímetros de la cabeza de la víctima.
Respecto del contexto de esa maniobra, explicó que corría al sospechoso junto a otro efectivo, pero que como padecía en el tobillo una especie de esguince grado tres que sufrió en el gimnasio, iba un poco relegado.
En esas circunstancias, aclaró que, luego del primer disparo, con el que buscó desalentar el intento de fuga, vio como su compañero cae al piso, rodando, junto al otro sujeto, que llevaba un arma en sus dos manos.
Siempre en base a la información aportada por los mismos voceros, Carrera Simonetti aseguró que trató de reducirlo para que no dispare y en ese ínterin escuchó dos escopetazos, que lo aturdieron por el estruendo. Contó también que tiene una enfermedad en la vista, una deformidad de la córnea y que, por un acto reflejo, sin intención alguna, se le disparó la segunda detonación "cerca de la cabeza del masculino”, añadió en su declaración.
Recordó que hizo dos pasos hacia atrás, en shock, cuando sus compañeros lo alcanzaron y le dijeron que estaba muerto.
“Quiero que quede claro que yo nunca tuve intención de matar a nadie, yo fui a trabajar”, expresó el agente ante la titular de la UFI Nº 15 de La Plata. Cuando le preguntaron si realizaba reentrenamiento de tiro, Carrera Simonetti
respondió que concurría una vez por mes, aunque en lo que va de 2024 no pudo hacerlo por su problema de visión, que tenía bajo tratamiento, según aclaró. Incluso aseguró que quería comenzar a usar lentes de contacto.
Ahondando en su patología, mencionó que de noche lo encandila la luz y que debe “achinar” los ojos. Tanto, que de noche no manejaría y que de esa situación sus superiores presuntamente están al tanto.
Carrera Simonetti manifestó que era la primera vez que participaba de un “enfrentamiento” y cuando lo consultaron por su condición auditiva, en función de lo que había manifestado sobre el estruendo del escopetazo, que lo conmovió, destacó que sabe distinguirlo del disparo de un arma de puño, aunque “por la adrenalina, esa noche no pudo hacerlo”, mencionó un informante sobre sus dichos.
El subteniente aceptó haber cometido un error, que fue “no enfundar” antes de reducir a Silva. Sobre Carrera Simonetti, trascendió, quedan pendientes algunos peritajes, como un estudio psicológico y una prueba de dermotest, con las muestras tomadas el día del hecho.
En tanto, con el material que se recopiló durante la autopsia al cuerpo de la víctima, se intentará determinar la posible presencia de rastros de deflagración de armas de fuego.
Por lo pronto, la fiscal Cecilia Corfield ya optó por tomarse el plazo de prórroga de 15 días, antes de definir si requiere la prisión preventiva. A Carrera Simonetti le endilgan “homicidio agravado cometido por un miembro de fuerza de seguridad pública y por ser cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, con una pena en expectativa que podría llegar a una perpetua.
Cuenta con la representación de los abogados Christian Romano y Juan Pesquera y, se entiende que con esta declaración espontánea, al menos intentó mejorar su situación procesal, al poner de manifiesto que no tuvo intención homicida, que no hubo dolo, describiendo la persecución de un joven armado, en medio de una noche cerrada, y un disparo accidental.
En ese sentido, muchos ven un claro afán defensista por buscar una eventual recalificación de los acontecimientos bajo investigación, con una figura penal menos gravosa, que se podría alcanzar en esta etapa de instrucción, en alguna impugnación ante la instancia de revisión superior o directamente en un debate oral. También una medida alternativa a la prisión, teniendo en consideración la falta de antecedentes del imputado.