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Lo molieron a golpes, no se resistió a la entradera, pero igual le advirtieron: "Si gritás, te quemamos"

Los Hornos fue el escenario de otra salvaje entradera que, además de las pérdidas materiales, dejó al dueño de la finca en un profundo estado de shock por las agresiones que sufrió al quedar a merced de los intrusos que tomaron el control de la propiedad. Los delincuentes huyeron con un monto cercano a los 300 mil pesos, un auto y objetos de valor afectivo.

El asalto ocurrió alrededor de las 21 del sábado, cuando la víctima llegó a su casa ubicada en 62 entre 143 y 144, después del trabajo, sin advertir el lento y sospechoso recorrido de un Ford Fiesta.
Lo cierto es que apenas bajó de su automóvil Renault Sandero y se dirigió al portón de su casa, el Fiesta clavó los frenos para que de él descendieran dos sujetos.  El conductor se quedó en el coche observando la escena, con el motor en marcha.

Ni tiempo le dieron a la víctima para ponerse a resguardo o decidir entre las chances que barajó en apenas tres segundos: volver a su coche para huir o ingresar rápido en su casa. Lo capturaron antes de que intentara un escape o pudiera gritar para pedir ayuda. Uno de los ladrones lo neutralizó con una sola frase: “Si gritás, te quemo”.

“No ofrecí resistencia, ni siquiera me moví”, contó la víctima al diario El Día, aunque esa actitud no evitó que los ladrones delincuentes reforzaran el clima de terror y espanto con amenazas de muerte y mostrando las armas que portaban. Tras forzarlo a abrir la puerta de su domicilio, uno de los individuos comenzó a interrogar al propietario, mientras el otro registraba la casa.

Para convencer a la víctima de que revelara el escondite de sus ahorros, la sometieron a distintas torturas, hasta que lograron su objetivo. “Menos mal que tenía un
dinero en mi casa. Se los dí para que pararan de golpearme”, destacó el hombre.

Tras apoderarse de casi $300 mil, entre pesos y divisas estadounidense, uno de los sujetos se acercó a la puerta para pedir novedades de parte del “vigía”. Con la señal de que todo estaba “normal” en la cuadra, los sujetos se envalentonaron y decidieron subir la apuesta. Desconectaron una computadora de escritorio y la cargaron al Fiesta que estaba esperando en la calle y siguieron hurgando entre las pertenencias del hombre hasta dar con alhajas, una escopeta antigua y un arma de fuego que había heredado de su padre.

Cuando parecía que la pesadilla llegaba a su fin, el hombre debió sufrir otra dura afrenta. Uno de los sujetos le exigió la entrega de las llaves de su auto, con el que huyeron junto al Fiesta.

Por estas horas la Policía continúa analizando las imágenes de cámaras de seguridad recopiladas en la zona con el objetivo de hallar alguna pista que pueda conducir a dilucidar
la identidad de los involucrados en el violento episodio. “Como le pasa a mucha gente, lo único que me queda es agradecer que no me mataron”, cerró la víctima.

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