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"Me mataron a mis padres, soy inocente", escribió desde el calabozo el presunto parricida

“Hola, soy Martín del Río. Lo primero que quiero decir es que soy inocente. Me mataron a mis padres. Amé, amo y amaré toda mi vida a mis padres, Quique y Mecha. Fueron las personas que me criaron, me cuidaron siempre en las buenas y en las malas”, escribió de puño y letra Martín Del Río (47) en su calabozo de la DDI de San Isidro, donde fue alojado como único acusado de haber asesinado a balazos a sus padres, Enrique Del Río (74) y María Mercedes Alonso (72).

La carta sigue: “Mi padre me enseñó lo mucho o lo poco que soy. Quique fue mi padre, mi amigo, mi maestro, y siempre tenía la palabra justa en el momento preciso. Ya sabíamos, por el tono de su voz, si algo pasaba”.

“Mecha, mi madre era su coequiper. Ella siempre atenta a todo. La familia siempre. Preocupada y atenta por si alguien necesitaba algo, súper amiga de sus amigas. Ella era mi mamá. Terminó el colegio y a los 17 arrancó a trabajar con mis padres”, aporta más adelante.

“Mi padre tenía varias empresas de seguridad y limpieza y algunos garajes en Capital. Yo arranco en el negocio de los garajes aprendiendo de él todo el tiempo. Trabajando con ellos nuestra relación creció a niveles únicos. Éramos súper compinches en todo. Sumé mucha experiencia de él y de mi madre. Siempre súper trabajadores. Únicos. La familia y el negocio eran lo más importante”, revela Del Río.

En su esquela hace mención a la relación que mantenía con sus padres: “Toda la vida lo único que hice fue hacerlos felices!!! Todo lo que pude hacer lo hice. Desde el cariño, el afecto, el disfrute, estar presente siempre. Dos momentos fueron cruciales para nuestras vidas: la enfermedad de mi madre y mi padre. Dos enfermedades neurológicas graves. En ambas con mi hermano peleamos y luchamos para poder superarlas y le ganamos a las dos. Fueron momentos duros de angustia y dolor”.

Alude, por último, a su mujer, a sus hijos y a Diego, su hermano: "Desde los 19 años estoy de novio y casado con la persona más maravillosa del mundo, Cecilia", escribe, y completa con sus hijos: "Los amo y ustedes sabe quién es su padre y cuánto amaba a sus abuelos”.

Con respecto a Diego, al momento de las testimoniales, los hermanos Martín y Diego tenían un mismo abogado particular, pero cuando Martín cayó, ese representante legal comunicó a la justicia que él no iba a defender al menor de los Del Río. Por eso en la indagatoria fue representado por la defensora oficial, Liliana Cucurullo.

“Diego, hermano querido, solo decirte que te amo. En mi vida hubiese hecho una cosa así. Nunca. Viejos los amo y los voy a amar toda la vida. Gracias viejitos amados. Voy a luchar para saber qué les pasó. Soy inocente. Me mataron a mis padres”, cierra el imputado.

Martín Del Río está acusado de "doble homicidio calificado por la alevosía, por el vínculo, por el uso de arma de fuego y por ser criminis causae" (matar para lograr la impunidad), delito que contempla la pena de prisión perpetua.

Los fiscales Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería tienen a Del Río como principal y único sospechoso, aún deben determinar con qué arma se cometieron los crímenes (hay dos pistolas .9mm secuestradas) y definir detalles de la imputación. Tienen hasta 30 días hábiles para pedir la preventiva.

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