Julio “Chocolate” Rigau (65), “el puntero” del PJ de La Plata detenido el sábado a la noche con una monumental cantidad de tarjetas de débito, pertenecientes a empleados contratados de la Legislatura bonaerense, con las que, según dijo la Justicia, realizó la extracción de millonarias sumas de dinero, seguirá bajo prisión efectiva acusado del delito de “defraudaciones reiteradas, en 177 hechos consumados y otros 45 tentados, todos ellos en concurso real entre sí”.
Según informaron calificadas fuentes de tribunales, el juez de garantías Guillermo Atencio, en duros términos, le rechazó un planteo excarcelatorio.
En primer lugar, el magistrado sostuvo que atento la calificación sustentada, habida cuenta de la escala establecida para la figura penal enrostrada, “la situación del imputado no se encuentra prevista dentro de las disposiciones normativas contenidas en el art. 169 inciso 2° del C.P.P., toda vez que la pena máxima aplicable al concurso real supera ampliamente los ocho años de prisión”.
Si bien Atencio mencionó la posibilidad de aplicar el beneficio morigeratorio atendiendo al mínimo de la escala penal, cuando exista la posibilidad de una condena de ejecución condicional (art. 169 del C.P.P. inc. 3º), también dijo que para merituar esa decisión, bajo pena de nulidad, se debe analizar “la modalidad del hecho; los antecedentes penales y las características personales del imputado”.
En ese punto, el titular del Juzgado de Garantías Nº 1 de nuestra ciudad sostuvo que “en lo que a las circunstancias del hecho concierne, la extensión del daño causado y las aristas que permiten analizar la conducta aquí investigada, resultan pautas significativas para vislumbrar que, de recaer sentencia condenatoria, habrá de ser de cumplimiento efectivo”. Seguidamente, en lo que pareciera ser la parte más crítica del decisorio del juzgador, se expresó que “analizados los hechos en el marco de la sana crítica, esto es, interpretados del modo en que normalmente suceden, la significativa cantidad de tarjetas utilizadas y el alto monto de dinero que con ellas fuera extraído, no pudo escapar -cuando menos- del conocimiento de la superioridad jerárquica del organismo en el que el prevenido presta servicios, lo que posibilitaría además que, con el devenir de la pesquisa, se llegara a detectar un acto de corrupción de inmensurable trascendencia”.
Por eso se entendió que ese entramado “permite presumir sobre la existencia de peligros procesales, por lo que corresponde que el beneficio impetrado sea rechazado”.
La presentación, agregaron los voceros consultados por este diario, fue realizada por el doctor Gustavo Galasso, quien asistió incluso a Rigau en la indagatoria, aunque en la jornada de ayer decidió un cambio en la representación letrada, asumiendo la defensa los abogados Alfredo Gascón, Miguel Molina y Jerónimo María Gascón.
RUIDO EN EL PALACIO LEGISLATIVO
La detención de “Chocolate” Rigau, electricista que presta servicios en la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, generó mucho ruido y en los pasillos del Palacio Legislativo no se hablaba de otra cosa que de este caso.
En poder de Rigau, como se recordará, se incautaron 49 tarjetas de débito, un papel con las claves alfanuméricas de cada plástico y 1.260.000 pesos.
La fiscal que tomó intervención en el hecho, Betina Lacki, dio por acreditado que realizó extracciones, al menos, entre el 5 y el 9 de septiembre pasado.
Qué hacían esas tarjetas en poder de Rigau, quién se las entregó o cómo las obtuvo, son distintas caras de la misma moneda.
Por eso la fiscal Lacki, de acuerdo a lo que dejaron trascender los informantes, tendría pensado citar a los titulares de las cuentas para que expliquen por qué las tarjetas, que son intransferibles, no estaban en su poder.
¿Se trata de prestanombres con algún tipo de beneficio o son personas que estaban totalmente al margen de lo ocurrido y que ni siquiera conocían que habían sido contratadas en la Legislatura provincial?
Sea un supuesto o el otro, todo debería quedar zanjado con las testimoniales a producirse, las cuales podrían derivar en nuevas imputaciones.
Para los pesquisas “Rigau no actuaba solo. Acá creemos que existe una estructura. Nos falta conocer quiénes la integraban. Tenemos un sospechoso detenido y deberemos avanzar sobre lo que se considera una caja negra. Saber quién sacaba tajada de ella”, indicaron.
Se supo que entre los beneficiarios de las tarjetas donde se depositan los sueldos de la Cámara de Diputados, hay hombres y mujeres de distintas edades de La Plata, Berisso y Ensenada, aunque también de Tigre y Hurlingham, entre otras.
Rigau, como se indicó en nuestra edición anterior, tiene domicilio en el barrio La Granja. La zona está comprendida dentro de la localidad de San Carlos, que es el terruño donde parecía pisar fuerte y captaba adhesiones dentro de un espacio del movimiento justicialista.
