Un hombre tuvo que atravesar por muchos golpes en poco tiempo: la muerte de su padre, el embalaje de sus pertenencias, la venta de su casa y el descubrimiento de que delincuentes le robaron casi todo -lo que implica una verdadera fortuna- mientras esperaba la orden de mudanza. Fuentes oficiales confirmaron que el escenario del escruche fue una propiedad situada en la zona de la Plaza Máximo Paz, en 13 entre 59 y 60, a metros de la Jefatura Departamental de Policía.
La vivienda había sido recientemente vendida a una inmobiliaria con la que pactó la transferencia hace poco más de dos meses. Dejó en ella todas las pertenencias de su padre, porque no
conseguía baulera. Contó el damnificado que un asesor de la oficina comercial con la que realizó el negocio se había quedado con una llave. Por eso sus sospechas, más cuando no encontró en las aberturas de la casa algún destrozo que le confirmara una intrusión con violencia.
Si bien la presentación en la seccional de la jurisdicción se realizó por estas horas, la amarga noticia del robo lo golpeó el pasado 4 de junio, cuando llegó con un amigo a la casa para ver que todo estuviera en orden. Y no era así. Si bien al principio vio las cajas y las valijas en las que tenía embaladas la mayoría de los objetos, no tardó nada en darse cuenta de que estaban dañadas y, mucho de ellos, vacías.
La lista de los elementos robados que entregó a las autoridades es enorme: “Prendas de vestir varias; vajilla de porcelana francesa; una bolsa de 10 kilos de peso aproximado de monedas de colección antiguas nacionales y extranjeras; una colección de 300 pares de gemelos antiguos de distinto material (cobre, bronce, orofix, plata, oro, oro blanco, oro rosa, oro amarillo, oro rojo y
platino), de los cuales algunos se encuentran grabados; una colección de botones antiguos de nácar de aproximadamente 200 gramos; seis relojes pulsera marca Omega de hombre; tres relojes pulsera marca Rolex de hombre; relojes pulsera marca Girard Perregaux de hombre; cinco relojes pulsera marca Mido de hombre; seis relojes de viaje cuya marca no recordó, pero que eran con cuadrante de porcelana antiguo; 150 corbatas de seda natural marca Hermes, Chanel y Burberrys; cables; artefactos para la electricidad como teclas y módulos completos; una aspiradora redonda; una botella de whisky Le Monks sin la etiqueta; varios tapados de mujer de piel sintética y real; de astrakán y paño; un sobretodo de hombre de piel de camello cruzado; un sobretodo de hombre color azul cruzado; una máquina antigua de escribir con teclas de porcelana; cuatro máquinas Canon de escribir; apliques de bronce para la pared antiguos de dos brazos y de un brazo; una araña de bronce con signos marcados de un incendio; una araña de peltre con tulipa central y cuatro o seis patas”.
Por si fuera poco, no contentos con semejante botín, los ladrones se llevaron una escalera de aluminio de doble hoja, con 12 escalones cada hoja, que mide aproximadamente cuatro metros de altura. Y tuvieron maldad, porque mucho de lo que no sacaron, directamente lo rompieron.
En medio de la desesperación por lo sucedido, la víctima mencionó haberle entregado una copia de la llave a un supuesto dependiente de la inmobiliaria que adquirió la finca, posiblemente para tirarla abajo y aprovechar el terreno para comercializar departamentos en una construcción de altura. Después declaró que contaría con algunas imágenes para aportar a la causa y que le llamó la atención que días después de haberse percatado del saqueo, se encontró con un par de pintores, que habían ingresado al lugar por un balcón, distante a unos 4 metros de altura, situación que le llamó la atención, porque él había dejado una llave.
Un vocero cercano a la causa mencionó que el vendedor de la propiedad “no se comunicó con la persona que tenía la llave, porque no quería complicar el desarrollo de la investigación”. Por eso ahora se deberá empezar a reconstruir un verdadero rompecabezas, con el relevamiento de cámaras de seguridad y potenciales testigos sobre los movimientos que se dieron en los alrededores del domicilio. El botín robado en la casa de la Avenida 13 es tan incalculable como varias veces millonario.
La denuncia quedó radicada en la seccional novena, con conocimiento de la UFI Nº 9 de Autores Ignorados, que se hará cargo de todas las diligencias de prueba.
