En apenas una semana, los dueños de una casa de Villa Elisa sufrieron tres robos: “No se llevaron la pileta porque es de material”, ironizaron los damnificados, familiares del ex presidente de Gimnasia José Muñoz. Sucedió en 11 y 411, una propiedad que dispone de un sistema de alarma, aunque eso no evitó que los intrusos se llevaran electrodomésticos, indumentaria y hasta varios muebles. Es más, en la última incursión estacionaron un camión frente al inmueble, donde fueron cargando el botín.
En enero ya habían entrado en esa finca. En aquel entonces la Policía Científica tomó huellas digitales, “pero nunca se detuvo a nadie”, aseguran. Desde entonces usaron guantes. En todas las oportunidades, los ladrones abandonaran el lugar “justo a tiempo”, anticipando “con precisión suiza” la llegada de los uniformados. Raro.
Las víctimas y algunos vecinos están convencidos de que en todos los casos actuó un mismo grupo de personas.
"REGALADOS"
En Villa Elisa, los reclamos por medidas contra la inseguridad están a la orden del día. Hace una semana, en Diagonal 421 entre 419 y 420 se produjo otro atraco que, además de pérdidas materiales, dejó a un matrimonio en un profundo estado de shock por la tremenda paliza que recibió de parte de un clan delictivo.
Horas después, una mujer de 73 años fue abordada en la puerta de su casa y, luego de golpearla y amenazarla con armas, huyeron con su dinero, joyas y su celular. El hecho ocurrió en 136, entre 416 y 417. Por si fuera poco, tras un intento fallido de otro robo en Villa Elisa, la Policía detectó a una banda de cuatro extranjeros, tres chilenos y un peruano, a los que pudieron detener tras una persecución y vuelco.
Los delincuentes llevaban guantes, barbijos, herramientas y precintos. Lo necesario para inmovilizar a sus víctimas de turno y poder escapar con cualquier elemento de valor.
En el barrio Las Retamas -de Villa Elisa- sospechan que están "regalados", porque "la Policía no patrulla, es lamentable la seguridad que nos proveen". A esta altura de las circunstancias, los frentistas acumulan pedidos y reclamos tanto a la Delegación de Villa Elisa como al ministerio de Seguridad para reforzar la presencia policial, con una constante: la falta de respuestas.
Hace ya diez años los vecinos instalaron el sistema de alarma barrial y, a través de un grupo de WhatsApp, se comunican para saber qué sucede cada vez que escuchan sonar una sirena. La mayoría, además de tener perros, cuenta con alarma monitoreada en sus hogares. A eso hay que sumarle rejas, alambres de púa, cámaras y cuanto otro sistema de prevención exista.