Pocas situaciones deben generar tanta impotencia, desconcierto, miedo y desesperación, todo al mismo tiempo, como la de ver a un matrimonio de delincuentes atacado por un grupo de ladrones. Justamente por esa situación pasaron un hombre de 77 años y su esposa de 76. Fue en los primeros minutos de ayer, cuando descansaban en el dormitorio principal de su vivienda de Ringuelet.
Según pudo saberse, el angustiante episodio de inseguridad se produjo poco después de la medianoche en el domicilio que habitan, sobre la calle 513 entre 10 y 10 bis.
Todavía afectado por mal trance que padeció junto a su mujer, Miguel Reigoso, habló con el diario El Día y contó que los delincuentes “nos despertaron a los gritos, luego que hacía un rato que nos habíamos ido a dormir. Inclusive, uno de ellos me puso una almohada presionando en mi cara”.
Los intrusos parecían mayores de edad por su tono de voz, ya que los rostros los tenían totalmente cubiertos para evitar las cámaras de seguridad. Sea dentro de la casa a la que entraron a robar o las del barrio.
“La maniobra fue para que el cómplice exigiera a mi esposa saber dónde estaba el dinero y se lo confesara”, completó Reeigoso.
En relación a lo sustraído por los asaltantes, hizo saber que “nos llevaron alrededor de 200.000 pesos, relojes y el celular de mi esposa, por ejemplo”.
Consultado sobre cómo ingresaron ambos sujetos al inmueble, precisó que “lo hicieron a través de una casa lindera que está abandonada”.
“NO MERECEMOS ESTO”
Reigoso reflexionó después que “no merecemos esto” y consideró que muchos delincuentes roban a jubilados, porque “somos presa fácil de ellos”.
A su vez, lamentó que “no será fácil que me olvide de la imagen de anoche, con los dos asaltantes en nuestro dormitorio, en la casa de uno. Se quedaron como media hora. Es tremendo que nuestro refugio sea vulnerable. No me infarté de casualidad”.
Con indisimulable indignación, se preguntó finalmente “¿Qué queda para defenderse de los robos? ¿Armarse?, ¿Electrificar la casa?”.
Varios ya lo hicieron.