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La grave denuncia de un platense

Se enamoró de una mexicana, chatearon durante meses y fue víctima de una pornovenganza

En el contexto actual, con la tecnología permeando cada rincón de nuestras vidas, incluida, por supuesto, la sexualidad,  dos delitos se han vuelto frecuentes con el intercambio de videos o fotos de contenido erótico: la pornoextorsión y la pornovenganza, prácticas que ponen en jaque la privacidad y la dignidad.

La primera es un tipo de chantaje que usa el atacante para obtener algo a cambio de no difundir un contenido íntimo. Las exigencias pueden variar desde dinero hasta más material o incluso continuar con una relación. La pornovenganza, en tanto, implica difundir imágenes o videos íntimos sin el consentimiento de la persona involucrada, con la única intención de humillarla.

Ambas vejaciones le tocó vivir a un platense de 37 años que, según denunció en las últimas horas, terminó en las garras de una mujer mexicana de la que se enamoró “virtualmente”. Incluso, según expuso ante las autoridades, llegó a enemistarse con aquellos allegados que le pronosticaron que por la diferencia de edad y la distancia la relación no llegaría a buen puerto. Sin embargo, pese a que un encuentro físico era algo lejano y remoto, decidió tomarse la relación como sólida y estable

Transcurridos unos meses, las mieles de los primeros encuentros online se fueron diluyendo y la relación se transformó en una pesada mochila. Así las cosas, el hombre entendió que el amor se había terminado y quiso cortar el vínculo de la mejor manera posible, pero la mujer no se mostró dispuesta.

A los pocos días de mantener esa charla complicada, ella comenzó a exigirle dinero a cambio de no publicar una serie de videos íntimos que él le había compartido durante sus primeras conversaciones por WhatsApp. Según expuso el damnificado, llegó a recibir mensajes de parte de un ex de esta mujer, advirtiéndole que debía pagarle si no
quería que algo malo le sucediera. Siempre en base a la denuncia, el joven logró reunir el dinero. De todas maneras, pese a la oportunidad que tenía de cobrar una buena cifra, la mujer optó por hacer públicas las fotos, claro está, con la única intención de perjudicar al damnificado.

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